Las recriminaciones se vuelven sangrantes mientras se van acercando posturas y la concesiones toman forma. Se habla de una guerra civil atrapada en el recuerdo triste, el origen de una Monarquía diseñada, el terrorismo como vía de escape al mazo fascista.
La obra de Julio Fraga encuentra en la negociación una partida de ajedrez que no busca terminar en tablas, sino el triunfo del diálogo. Expone un entorno verbalmente intenso sobre nuestro pasado más reciente, sin pelos en la lengua. El texto de Luis Felipe Blasco Vilches, junto a los espacios sonoros de Santiago Martínez, la iluminación de Julio Fraga o la dirección artistica de Gonzalo Narbona, llenan de recuerdos un trabajo cuyo cuerpo suscita al debate. Su decorado discreto proporciona intimidad, lugar idóneo para la sospecha. |
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El final feliz de esta reunión "sui generis" se mezcla con la última percepción amarga de un acuerdo en el que unos terminan aceptando a regañadientes pasar por el aro, si esto significa su reconocimiento como fuerza política legal. ¿Fue el triunfo de la razón sobre la imposición presidencial o la aceptación a regañadientes de un Secretario General que anteponía los intereses del partido (comunista) a las luchas personales?
Por encima de todo, el diálogo que propone este enfrentamiento teatral abunda en la sagacidad de quien sabe esquivar el dardo enemigo. |
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