SONIDOS Y SENSIBILIDAD TRASFRONTERIZOS
"Mi poesía aún está aprendiendo a conocerse y por tanto a crecer, viaja por muchos lados y bebe de muchas fuentes".



Al escarbar un poco en la vida de Cristina Narea descubres el carisma de una cantautora que, un día, decidió cambiar de aires sin olvidar sus raíces. Viento sur, el trabajo que ha presentado, es una extensión del amor por la música, los lugares y sus pobladores. Este alma inquieta prefiere crear aunque sea provocando intranquilidad; tampoco acepta la sumisión. Ha compartido estudio y escenarios con grandes como alumna privilegiada que no deja de aprender para perfeccionar su música personal.

Photomusik: Desde la salida de Santiago de Chile hasta afincarse en Getxo, tu vida no ha dejado de conocer lugares. ¿El País Vasco es el destino definitivo?
Cristina Narea:
Nunca se sabe? En general nunca me he planteado tiempos futuros de esa manera, pero aquí estoy, aún instalándome, conociendo, descubriendo; por el momento sí, aquí me quedo.
Ph.: La dictadura chilena ha contribuido para que tu arte no se adormilara en los parámetros conocidos?
C. N.:
La dictadura solo sirvió para aprender a vivir, para priorizar y relativizar las cosas, como toda experiencia fuerte y dolorosa. Pero es cierto, fue en esa época y momento que empecé a componer y mi primera grabación en un álbum fue un disco con canciones bastante originales a nivel musical. Acompañada por parte de una banda que hacían jazz funk progresivo, Fulano, mas otros músicos extraordinarios del folclore, logramos crear una fusión muy interesante y novedosa; en ese sentido la dictadura me llevó a darle una vuelta mas a la rebeldía, a no caer en el panfleto a nivel lírico y musicalmente buscar mas allá.
Cristina Narea cantando en favor de los refugiados (Lavapiés, Madrid 2017)




La unión entre Cristina Narea y Rafa Aceves
equilibra la armonía de los sonidos.
Cristina Narea y Rafa Aceves
Ph.: Leonard Cohen canta en Anthem: Hay una grieta en todo, así es como entra la luz... ¿Tú vida posee grietas? ¿Por dónde entra la luz de la inspiración?
C. N.:
Esa cita de Cohen me gusta mucho, la tengo en mi web encabezando la página de inicio? las grietas podrían ser las arrugas del alma, los vacíos pendientes, las heridas no cerradas también y si una quiere, es por ahí por donde se deja ver la luz para enfocar mejor el camino. Y la inspiración me pilla como a todos, trabajando a diario, dándole una vuelta a las letras y a las músicas del proyecto en el que estés.

Ph.: ¿Qué parte de mitología y qué de realidad flota en tu disco nuevo?
C. N.:
De la mitología todo; me puse a leer y a escuchar las historias y leyendas que hay en Euskal Herría y fue así como salieron los temas Diosa Mari o Eguzkilore, por ejemplo. Y luego, aunque mis temas no son autobiográficos, siempre hay una dosis de la propia realidad, del punto de vista con la que cada una mira lo que vive. Y en Viento sur, el tema que da título al disco, hay una descripción real de los lugares por donde paso a diario.


'Al otro lado', 2014




La mirada poética no desaparece de los viajes de Cristina Narea.
Portada del disco 'Viento sur'
 
Ph.: ¿A cuál de estos factores concedes más importancia?
C. N.:
Si te refieres a lo imaginario y lo real, todo tiene su importancia y su momento. Mi intención al escribir es simplemente tocar la fibra de quien lo escucha o lee, por donde cada quien lo quiera entender, ya sabes que el público hace su propia interpretación de las letras y es curioso leer lo que se habla de tus canciones, ¡a veces son teorías espectaculares que hasta me dan ideas!


Ph.: ¿Un pueblo sin épica es una civilización sin pasado?
C. N.:
Es un buen planteamiento, pero diría que un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia y abocado a repetir los errores del pasado, algo que lamentablemente sigue ocurriendo.


Ph.: Viento sur es un EP con 6 canciones escritas e inspiradas en el País Vasco, su historia, su mitología y su gente. ¿Por qué titulas Viento sur a un disco inspirado en tierras del norte?
C. N.:
Vivimos una eterna contradicción, pero en este caso lo llamé así porque fue la primera canción que escribí del proyecto y luego porque desde que vivo en el norte me anda rondando el viento sur para todo. Sabes que aquí aparte de ser un fenómeno climatológico habitual en estas tierras, influye en muchas cosas, oyes hablar de el y hasta al equipo del que soy fiel seguidora, el Athletic de Bilbao, le afecta en su juego. Por último de una manera inconsciente a veces, siempre he escrito sobre el sur -nací en el sur del mundo, en Chile-, así que me pareció un buen título.

Ph.: Diosa Mari, primer sencillo que abre el EP, ¿qué narra sobre la personificación de la madre tierra en la diosa más importante de los vascos, Mari?
C. N.:
Cuento donde vive, por dónde se la ve y de la protección que da a quien la considera su diosa. La historia de Diosa Mari, cuando me la contó un amigo mirando el Amboto, me pareció fascinante y de alguna manera también muy coincidente con la tradición e historias del pueblo mapuche.


Ph.: Tus canciones poseen un sello poético que se acerca a la atmósfera telúrica. ¿No son dos aspectos antagonistas?
C. N.:
Mas bien lo veo complementario. En mis letras busco la mirada poética constantemente y esa atmósfera telúrica que hay en este Viento sur y que también la hay en el disco anterior Huesos de mar tiene que ver en lo lírico con el relato del lugar, de lo ancestral, de la tierra obviamente y de nosotras ahí en medio de ese paisaje, y en lo musical está en los arreglos y en el clima que quise conseguir.


Cristina en un momento de intimismo musical
El alma tiene grietas que la música de Cristina puede convertir en pozos de luz.

Ph.: ¿La tuya es una poesía onírica o realista?
C. N.:
Mi poesía aún está aprendiendo a conocerse y por tanto a crecer, viaja por muchos lados y bebe de muchas fuentes.

Ph.: ¿De qué manera envuelve en lo íntimo la colaboración de Rafa Aceves?
C. N.:
Rafa tiene una manera de tocar el piano que me gusta muchísimo. Su sentido armónico es totalmente coincidente con el mío y por tanto complementario. Es un pianista que sabe acompañar una letra y crea climas muy sugerentes en cada canción.
Ph.: ¿Cuánto tiene de literario tu lenguaje musical? ¿Cómo lo sintetizarías?
C. N.:
Creo que la música, incluida sobretodo la que no tiene letra como una pieza de jazz o clásica, tiene la facultad de transmitir historias y de llevarte por los lugares que a uno le sugieren. Cuando compongo, lo hago considerando las 3 partes: melodía, armonía y letra. Todo va ensamblado, o al menos esa es la intención, todo tiene su razón y acompaña la historia.
Ph.: ¿Tu acercamiento a los sueños quiere apartar las pesadillas?
C. N.:
Soy soñadora, es cierto, no podríamos aguantar este mundo tal como está, viviendo sin sueños. Decía mi querido Luis Eduardo Aute <>.
Ph.: ¿Tienes algún instrumento preferido?
C. N.:
Para tocar solo la guitarra que es el único que ejecuto bien, para escuchar muchos?. ninguno en particular. Quizás el piano que es un invento maravilloso.
Ph.: ¿Disfrutas más iluminando el cerebro o al corazón?
C. N.:
¡Ambos!, es fundamental alimentar, mimar e iluminar a los dos.


Ph.: ¿La música debería tener su museo? Si te encargaran el proyecto de confeccionar uno, ¿cómo lo diseñarías?
C. N.:
¡Qué genial la pregunta! Hay museos de instrumentos como el de Luis Delgado en Ureña, con instrumentos antiguos. Pero si hubiera que idear uno, lo haría en un edificio maravilloso y grande, con distintas salas (como en el Prado o en el Guggenheim) para cada estilo, una del rock, otra del soul, del jazz, etc y en ellas usaría tanto la tecnología y lo digital como muestras de todo lo que se ha creado alrededor de la música: vinilos, walkman, cd, micrófonos, ropa, púas, cuerdas, y un interminable etc. Y ya dispuesta a soñar, en ese museo habría también una biblioteca musical donde encontraríamos muestras de casi todo lo que se puede oír. Con una sala especial dedicada a l@s niñ@s didáctica y divertida.

Ph.: Es momento de elegir y explicar la elección: ¿MoMA o Museo Guggenheim de Bilbao?
C. N.:
¡El Guggenheim de Bilbao, porque fue una apuesta que ayudó a mostrarnos el Bilbao de hoy; además trayendo arte y cultura en un espacio único y hermoso.
¿Eduardo Chillida o Carlos Puroy?
Soy una enamorada de la obra de Chillida. Hay un librito pequeño con sus dibujos y apuntes donde leí una cita a propósito de una obra suya que dice: <> ¿No os parece una maravilla de verso? Y supongo te refieres al escultor, antes jugador del Athletic, Purroy, ¡chapeàu!, son hermosas sus esculturas.
¿Paloma O'Shea o Inma Shara? Mis respetos a dos mujeres dedicadas desde distinto ámbito a la música. Me quedo con Inma Shara por la tarea impresionante de llegar a dirigir una orquesta, hay mucho estudio y trabajo detrás.
¿21 Japonesas o Sorkun? 21 Japonesas. A mi Txetxo Bengoetxea es un autor y músico que extraño en la escena musical de hoy. Tuve la fortuna de cantar en uno de sus discos, Cerca del aire con Hellen de Quiroga, haciendo voces y me lo pasé genial, un placer. Ahora, una mujer haciendo sus temas en su lengua natal como Sorkun, siempre tendrá todo mi afecto y respeto.
Ph.: 20. Has trabajado con Nacha Pop, Antonio Vega, Miguel Ríos o Luis Eduardo Aute, por citar algunos nombres. ¿Qué has descubierto en cada una de estas colaboraciones?
C. N.:
Hablar de cada uno de ellos sería demasiado largo, aunque muy interesante y entretenido, pero quizás para resumir, por un lado, para que la gente lo sepa, os cuento que a mi me ha permitido hacer mi carrera en solitario paralelamente y así seguir en la música, tocando y aprendiendo, pagando las cuentas también. Mi relación con Luis E. Aute ha sido la mas larga e intensa, mas de 20 años junto a él compartiendo giras, conciertos, risas, paseos, y todo lo que hay en la vida de un artista en la carretera. Puedo decir que cuando acompañas desde ese medio metro por detrás, observar la inmensidad de su obra, su forma de hacer y estar, su honestidad, en fin? con él me hice un master que no hay universidad que lo ofrezca.


El 'collage' forma parte de su obra creadora

 



"Mi intención al escribir es simplemente tocar la fibra de quien lo escucha o lee."

Ph.: Compaginas tu faceta musical con recitales de poesía y música, la creación de collages. ¿Dónde se siente más cómoda tu faceta de artista multidisciplinar?
C. N.:
Con el collage sin duda... Entras en un modo burbuja, de concentración total parecido a lo que se busca con la meditación, que te deja la mente despejada, dispuesta a enfrentar lo que venga. Cuando hago collages no existe el tiempo, es una maravilla.

 



El tema Diosa Mari nace mirando el Amboto.

Ph.: ¿Qué reivindicas con tu melodía? ¿Te consideras una artista activista?
C. N.:
No, a día de hoy no, aunque siempre estoy colaborando e incluso provocando acciones desde el arte y la cultura que generen pensamiento crítico, que es fundamental para que esto vaya mejor. Pero mi música en si misma solo pretende la emoción y creo que cuando las personas estamos sensibilizadas desde lo emocional viene probablemente la tan necesaria reflexión.

Ph.: ¿Qué ha sucedido desde Cristina 1 y Cristina 2?
C. N.:
Cristina 1 y Cristina 2 fueron los primeros singles que grabé. Desde entonces he viajado, crecido, aprendido y he seguido obstinada en luchar por mis sueños, los propios y colectivos, desde la música y perseverando en la mirada poética.

La vida y música de Cristina Narea están repletas de sueños, de lógica y mundo ideal en donde el optimismo rezuma gracias a una música arraigada a la tierra. Lo clásico no come espacio a una innovación que hace del floclore seña de identidad. Sosiego es lo que identifica a sus trabajo.

Más información sobre CRISTINA NAREA


La revista Photomusik en ningún momento se hace responsable sobre el contenido de las opiniones de sus entrevistados.
Texto: Photomusik.com - Fotografías: Cristina Narea ©
 

 
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