DESNUDO DE ABALORIOS MUSICALES
"Sí que me considero cantautor, aunque me identifico más con la figura del músico que hace canciones".



La figura de Chus Navajo, y su música por extensión, defiende al cantautor integrado en el grupo que expresa melodías más allá de los circuitos comerciales. Su trayectoria comenzó de joven, no ha parado hasta alcanzar una fama reconocida y labrada en el trabajo constante con músicas llenas de floclore e innovación roquera. El artista madrileño promete emoción sin descanso.

Photomusik: Podríamos decir que Chus Navajo nació con la música en los genes ya que con 6 años comenzaste a estudiar violonchelo en la escuela municipal de tu pueblo. ¿Cómo fue este contacto?
Chus Navajo:
Siempre he sentido la música como algo muy cercano, una parte de uno mismo. Pero debo agradecer a mi padre y mi madre, que a esa edad nos apuntaban a todos mis hermanos a la escuela de música. Allí descubrí aquel instrumento, grande y profundo y decidí que quería aprender a tocarlo.
Ph.: ¿Cuándo pensaste que de ahí podría salir algo interesante?
Ch. N.:
No recuerdo un momento concreto. La música siempre ha estado ahí y siempre he sabido que yo tenía que caminar con ella, un poco por honestidad hacia uno mismo.
Chus Navajo: guitarra acústica, voz y coros




Los inicios de Chus Navajo bebieron de fuentes asentadas en la música popular.
Portada del disco 'Los Navajo' (2016)
Ph.: ¿Cómo marcó tu producción posterior el hecho de que comenzaras con una banda tributo a Andrés Calamaro?
Ch. N.:
A nivel de producción no creo que fuera una gran influencia, pero si me aportó las primeras sensaciones como frontman en un escenario y ese cosquilleo del que uno ya no escapa.

Ph.: ¿Entre la primera formación con tus hermanos, la Asociación Musical Chicharra, y Los Navajo aprendiste algo de la música que nunca abandonarás (naturalidad, frescura, mano izquierda)?
Ch. N.:
Sin duda fue una etapa de aprendizaje gigante, de la parte social y popular de la música, de cómo tejer amistades a través de ella, de crecer juntos, creer en lo que haces, enfrentarte a la realidad, a los locales de ensayo, a la falta de recursos, a organizar shows con lo mínimo y donde fuera. Yo venía de estudiar música durante 10 años en el conservatorio y había aprendido muchísimo, pero la visión académica de la música me ahogaba. La música popular, el rock, el folk...crece en las vivencias y esa época me sirvió para empaparme de mis propias experiencias, sentirme mejor conmigo mismo y confiar en lo que sentía.


'Mis mejores enemigos'




El alma trasfronteriza define la música de Chus.
Posado del cantautor Chus Navajo
 
Ph.: ¿Qué recuerdos guardas de Los Corsarios y Roberta Medley Band, donde tocabas el violonchelo?
Ch. N.:
Muy buenos momentos, sensaciones especiales de hacer música con gente a la que no te une mucho más y algunos golpes agridulces también, por la intensidad con lo que lo vivimos.


Ph.: Después de Los Navajos llega Mis Mejores Enemigos (2018) como bautismo solista. Este trabajo, ¿tuvo más corazón que cabeza? ¿Y medios?
Ch. N.:
Bueno, sinceramente creo que tuvo mucho corazón pero también cabeza. Medios fueron los posibles en aquel momento. Había tenido que arrancar de forma un tanto abrupta mi carrera en solitario y lo había defendido con más de 100 conciertos en año y medio. Entonces decidí que el paso que tenía que dar era reflejar ese tránsito en un disco, mitad acústico, mitad con banda, con los músicos que habían reconformado mi apuesta y en un estudio de un amigo, donde grabábamos con 16 y 17 años nuestras primeras ideas.. Podríamos haber aprovechado mejor los recursos y haber tenido una visión más comercial, seguro. Pero creo que es importante dar los pasos con cierta lógica y principios.


Ph.: El gran viaje es un acústico autoproducido en 2014. ¿Forma parte del pasado que no se quiere recordar o merece ser rescatado del olvido?
Ch. N.:
En cuanto me sea posible quiero rescatarlo tratando de aportar con la experiencia de estos años, creo que ese disco es un viaje eterno y atemporal.

Ph.: Con Pasemos a otro tema has rendido homenaje a Andrés Calamaro coincidiendo con el 30 aniversario de la publicación del tema original. ¿Este tributo responde al cumplimiento con una efeméride o es producto de una necesidad tuya como músico?
Ch. N.:
Versionar esa canción fue un broche a la producción que estaba haciendo con Candy Caramelo. Ambos somos fans declarados de Calamaro y yo le conocía por haberle visto tocar con él en muchas ocasiones. Tanto hablábamos de ello en el estudio que nos pareció bonito hacer nuestro pequeño homenaje a dúo.


Ph.: ¿Él ha iluminado tu vida artística?
Ch. N.:
Ha sido una referencia inquebrantable. Ese tipo de ídolo tan argentino, al que tratas de justificarle todo. Pero creo que todos tenemos canciones que nos cogieron bien fuerte en la adolescencia y ahí quedan para siempre, dándote ese aire cuando lo necesitas. Para mí eso es Andrés.


Chus Navajo es un músico y cantautor madrileño enrolado en la música desde los 6 años, cuando comenzó a estudiar violonchelo en la escuela municipal de su pueblo
La intensidad y los instantes agridulces unen a Chus con Los Corsarios y Roberta Medley Band.

Ph.: ¿Cómo se ha compaginado la escritura de Chus Navajo con la producción de Candy Caramelo en la canción anterior?
Ch. N.:
El trabajo de producción con Candy es intenso pero muy natural también. Nos entendemos y nos vamos conociendo cada vez mejor. Las letras las suelo llevar cerradas al estudio junto con la idea principal de la música y allí comenzamos a construir la canción.

Ph.: El pirata perdido es muy visual. ¿Creas composiciones cinéfilas?
Ch. N.:
De momento no me lo he planteado pero ¡Quién sabe! Si es cierto que para el video de la canción tomamos referencias del cine y con el diseñador hemos visto películas para buscar una atmósfera a la que llevar el disco nuevo, las portadas...
Ph. La batería de José 'Niño' Bruno en Vámonos aporta tonelaje roquero en un segundo plano imprescindible.
Ch. N.:
José Bruno es un maestro y un gran tío. Aporta ese groove pesado que a la vez hace que todo camine y la canción funcione. Hablamos mucho también con él de las letras de las canciones y de alguna forma el tipo lo refleja en su sonido.

Ph.: Investigas en las versiones con Diez años después, tercer sencillo de Cavallería. ¿Qué han significado Los Rodríguez para ti?
Ch. N.:
Antes te contaba lo que significaban las canciones de Calamaro para un adolescente, pues los Rodríguez me llegaron un poco antes, a través de mis hermanos mayores y recuerdo esa primera sensación de sentirte identificado con el mensaje de una canción... Que te gustara una chica y algo te removiera al dejar de verla, esa Mirada del Adiós, que fue la primera canción a la que recuerdo sentirme enganchado.


Ph.: ¿Qué hay de música popular y tradición oral en tus composiciones? ¿Eres un juglar del siglo XXI?
Ch. N.:
La verdad que es divertida la definición pero quizás me siento más entre el músico y el artesano. Indudablemente mi trabajo navega en el amplio abanico de la música popular, aquella que nos interpela como personas y fomenta nuestro lado más humano. Se nutre por supuesto de la tradición oral, como hemos hablado, de escuchar la música de tus hermanos, de tocar con tus amigos? y esto tiene gran importancia como motor cultural y de aprendizaje implícito, especialmente de niños y jóvenes. Por eso también creo en la necesidad y responsabilidad que tenemos los artistas de cuidar la salud de nuestras sociedades con nuestras propuestas.

Ph.: ¿Te consideras cantautor? ¿Es un circuito valorado como se merece o predomina su marginación del sistema (político, social y musical)?
Ch. N.:
Sí que me considero cantautor, aunque me identifico más con la figura del músico que hace canciones. El cantautor es prácticamente un género en la música popular y en ese sentido no me siento tan vinculado a la definición ya que entiendo mi trabajo desde un punto de vista más social y musical que personal y literario. Por otro lado, no siento que el circuito del cantautor esté exactamente marginado del sistema, quizás lo ha fagocitado en cierto modo y ahora, salvo excepciones, sea una parte más del sistema. Un sistema de carácter individualista al que nos empuja la política del consumo en la que nos vemos inmersos. Probablemente el nadar contra esa corriente sea lo más parecido al cantautor reivindicativo de los 70 y 80 o al espíritu primigenio del rock. Ahí sí me siento identificado y por ahí trato de seguir, en la misma dirección, la difícil, la que usa el Salmón...


 



"Las noches de Cavalleria estaban pobladas de piratas, que al abrigo de la oscuridad,
saqueaban la costa y festejaban su botín".

Ph.: ¿Las etiquetas asustan o ayudan a situar un nombre desconocido? Defínete.
Ch. N..:
Sí que me considero cantautor, aunque me identifico más con la figura del músico que hace canciones. El cantautor es prácticamente un género en la música popular y en ese sentido no me siento tan vinculado a la definición ya que entiendo mi trabajo desde un punto de vista más social y musical que personal y literario. Por otro lado, no siento que el circuito del cantautor esté exactamente marginado del sistema, quizás lo ha fagocitado en cierto modo y ahora, salvo excepciones, sea una parte más del sistema. Un sistema de carácter individualista al que nos empuja la política del consumo en la que nos vemos inmersos. Probablemente el nadar contra esa corriente sea lo más parecido al cantautor reivindicativo de los 70 y 80 o al espíritu primigenio del rock. Ahí sí me siento identificado y por ahí trato de seguir, en la misma dirección, la difícil, la que usa el Salmón...


Portada del disco 'Cartas para seguir' (2020), tercero en su carrera

 



El segundo disco que Chus Navajo publica en soitario ha sidou nuevo trabajo producido por Candy Caramelo.
Ph.: ¿El vídeo de Por el monte invita a coger una botella de güisqui con la que emborracharte. Esta canción tiene un espíritu vaquero impreso en una guitarra que suena a ritmo de galope solitario. Es sencilla y efectiva: ¿las claves del éxito?
Ch. N.:
Honestamente las desconozco, pero si te puedo confesar que es una canción que me hace sentir desnudo, vulnerable y fortalecido a partes iguales. Ese vídeo refleja prácticamente cómo la escribí, amaneciendo, en medio del confinamiento con todo helado alrededor? No hay más, siempre hay una canción que ejerce de corazón del disco y esta tiene todas las papeletas.

Ph.: Con el momento que estamos pasando en el entorno musical, ¿qué papel tienen los conciertos en tu vida profesional? ¿Puedes sobrevivir sin ellos?
Ch. N.:
Para los músicos que convivimos en la marea de los "emergentes" los conciertos son un modo de construir nuestro proyecto, algo que va casi siempre más allá de lo económico porque la rentabilidad es muy limitada. La situación actual nos ha devastado en ese sentido y nuestra vida profesional pasa por pluriemplearnos y seguir a flote. Sobrevivimos y tratamos de seguir tocando más por lo vital que por el dinero.

Ph.: ¿Tus canciones tienen más de crítica o autocrítica?
Ch. N.:
Probablemente más de crítica ya que desde donde escribo, con un componente emocional fuerte, es difícil tener la pausa y la perspectiva para una autocrítica real. Pero es un apunte interesante, me quedo con ello.


Las atmósferas románticas se mezclan con cañonazos de fantasía sónica alfombrada por leyendas piratas. Nada como escuchar la música de Chus Navajo en silencio para apreciar la sonoridad que sólo el alma puede identificar.

Más información sobre CHUS NAVAJO


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Texto: Photomusik.com - Fotografías: Red Shoes ©
 

 
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