CARTA A LA ESPERANZA

"A menudo no encontramos frente a situacione difíciles cuando buscamos defender la vida, la igualdad y la dignidad de las personas. Me preguntaba muchas veces sí en un país como el mío, Colombia, mi trabajo desarrollado en medio de la mirada sigilosa de agentes armados podría contribuir a alcanzar aquellos sueños de un país donde reinen la paz y la justicia.

¿Cómo resistir los embates del despojo, cómo quedarse inmóvil ante la bota aplastante de la guerra? ¿Cómo hacer que dominen la verdad y el respeto a la vida ante la cruel y criminal acción de la mentira? Muchas veces nos sentimos decaer, sentimos impotencia y falta de valor para enfrentar a aquellas fuerzas que quieren hacerse invisibles para cubrirse así con la macabra sombra de la impunidad y el olvido.

Pero cuando aparecen en nuestros sueños las esperanzas de un mundo mejor, siempre recuperamos fuerzas para vencer el miedo.

El miedo a la injusticia, al miedo a enfrentarse a la sinrazón y al viento encontra.

La defensa de los derechos humanos encuentra su razón de ser en el grito eterno de las víctimas que no puediron defenderse del infame ataque, de las manos que han cegado sus vidas, sus sueños y sus esperanzas.

La defensa de los derechos humanos encuentra su razón de ser en las miradas de los niños y las niñas que, inocentes, no pueden comprender por qué los adultos se encuentran armados y dispuestos a actuar en contra de los humildes y los desamparados.

Mi razón para defender los derechos humanos es la necesidad de no permitir que se siga extendiendo el dolor que representa la sangre derramada, las vidas perdidas, los sueños acabados y las esperanzas truncadas.

Mi llamado es para que cada vez encontremos más jóvenes, hombres y mujeres dispuestos a unirse a esta lucha, que recojan el sentir de aquellos que se niegan a dejarse vencer y luchar por la justicia".

  John Fredy Vélez R.
Defensor de Derechos Humanos en Colombia