LA VIOLINISTA NOVEDOSA
"Tengo la suerte de haber tenido libertad absoluta a la hora de hacer mis discos".



Judith Mateo ha interpretado tanto a AC/DC como ha clásicos con su estilo particular. Su música va por libre igual que un espíritu libre de imposiciones. Su trabajo más reciente reta al sonido de Vivaldi para con un ritmo que reafirma su alma de roquero.

Photomusik: La primera vez que te vi tocar el violín eléctrico fue durante la presentación de Celebration Days. ¿Qué marca la diferencia entre la artista de este disco y la de El Alma de un Violín?
Judith Mateo:
Unos cuantos años con más experiencia, 3 discos más, lo que me ha dado más sabiduría, otra perspectiva de la vida, más horas de estudio, unos cuantos conciertos más y una pandemia infinita que parece que no tiene fin, pero con las misma ganas del principio de seguir violineando por todo lo alto.
Ph.: Si Vivaldi hubiese sido una estrella de rock, ¿qué perspectiva habría dado a Las Cuatro Estaciones?
J. M.:
Vivaldi ya fue una estrella de rock de su tiempo, fue un artista muy especial y muy reconocido y aclamado en el momento en el que le tocó vivir, pero si viviese actualmente seguro que habría compuesto sus obras con la perspectiva actual, utilizando los instrumentos que tenemos ahora, como he hecho yo en mi Otoño, Primavera o Verano de Vivaldi, donde el segundo violín lo ejecuta una guitarra eléctrica y donde se escucha una batería y un bajo en vez del tutti de la orquesta.
Judith Mateo




El clásico de Vivaldi se interpreta con intensidad eléctrica.
'El Alma de un Violín' es el sexto álbum de Judith Mateo

Ph.: Tu violín data de 1853, creo. ¿De qué manera adaptas la tecnología a un instrumento tan clásico?
J. M.:
Desde la forma de tocar en la que actualmente se utiliza una almohadilla para colocarlo mejor, hasta la afinación, que se encuentra en 442Hrz. También las cerdas de mi arco son de color rosa fucsia, creo que tenemos que ir adaptándonos al momento en el que vivimos y si hace falta enchufarlo, pues le ponemos una pastilla para darlo todo.


Judith Mateo interpreta a Vivaldi




El violín es el corazón de Judith Mateo.
Federico Jusid
 
Ph.: ¿Dónde se encuentra su alma?
J. M.:
El alma física de mi violín se encuentra justo debajo de la pata derecha del puente pero el alma sensorial y musical se encuentra unida al momento exacto en el que yo lo toco y en el que se funde con mi alma y la de los oyentes.

Ph.: De tu repertorio, ¿te inclinas más por piezas clásicas o modernas? ¿Vivaldi, Kansas (Dust in the Wind) o AC/DC (Highway to Hell)? ¿Qué hace que una melodía pase por tus dedos?
J. M.:
Tengo que recordar que también tengo temas propios que aparecen en mis 3 primeros discos, en Radiestesia y en El Alma de un violín, así que me declino por hacer lo que me da la gana en el momento que me apetece. Tengo la suerte de haber tenido libertad absoluta a la hora de hacer mis discos e ir fusionando según me apetecía hacerlo. Todo son momentos como en la vida misma, no siempre te apetece comer el mismo menú a diario, a mi me pasa con el violín.

Ph.: Judith Mateo al violín es cómo Apocalyptica al violonchelo.
J. M.:
No creo, somos totalmente diferentes, desde la forma de tocar o ejecutar los instrumentos que no tienen nada que ver hasta el resultado que obtenemos; siempre he pensado que las comparaciones son odiosas, sobre todo cuando no intento imitar a nadie.

Ph.: ¿Cuando sacas un disco, tu trabajo finaliza con su grabación o te implicas en otros procesos?
J. M.:
En todo al 100%, la estética, el estilismo, la fotografía, el diseño de la portada, el video? en todo. Date cuenta que me he hecho a mi misma así que además de gustarme y cuidar todo el resultado también lo disfruto porque voy aprendiendo con ello. Lo que tengo claro es que trabajo con un equipo de súper profesionales en los que confío plenamente.

Ph.: Has girado por más de 20 países como Irlanda, Egipto, Palestina, Italia, Bélgica, Marruecos, Japón, México y largo número de países latinoamericanos. ¿Se ven con el mismo interés la música clásica y la actual?
J. M.:
Cada lugar tiene algo diferente, unas influencias musicales diversas, lo que tengo claro es que los que me siguen, saben que mezclo todo un poco, además de mis inicios folkis, así que los tengo acostumbrados. Lo que sí te puedo decir es que disfruto mucho viajando y tocando en países diferentes.


Presentación de 'Celebration Days', sala Galileo Galieo, 2014
"Los puristas son puristas, no les gusta mezclar nada pero en realidad a mi eso me da realmente igual".

Ph.: La presión no puede ser igual al tocar ante el Parlamento Europeo en Bélgica, en la Plaza del Pesebre de Belén en Palestina o en el Festival Folk de Getxo. Ni la emoción tampoco.
J. M.:
No hay presión nunca ni me siento presionada a la hora de tocar, lo que me siento es responsable de que el que venga a escucharme se lo pase bien y que el show quede lo mejor posible; en el momento que me coloco el violín, me olvido de todo esto y lo único que hago es disfrutar, así que si te digo la verdad me da igual tocar en un sitio que en otro porque me lo paso a las mil maravillas y lo bueno, que descubres las maneras y formas de trabajar que tienen en cada país y un público diferente.

Ph.: Incluso has sido artista invitada de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura (Paraguay), en el Teatro Real de Madrid. ¿Divertido?
J. M.:
Súper divertido, tuvimos un ensayo el día anterior en el que pude charlar con los niños, saber más de ellos y darme cuenta que esa formación musical se ha creado para ayudarles e intentar centrarles en la vida y que no caigan en drogas, ya que provienen del barrio que vive al lado del basurero y son familias sin recursos que lo están pasando realmente mal; así que la música les ayuda a ellos, los viajes, la formación y los ensayos; muy interesante poder conocerlos y tocar con ellos y ver cómo hicieron los instrumentos con elementos de la basura. Lo tendré siempre en mi memoria.
Ph.: ¿Tu música ha encontrado objeciones en los más puristas?
J. M.:
Los puristas son puristas, no les gusta mezclar nada pero en realidad a mi eso me da realmente igual; no puedes estar en esta vida mirando y escuchando el qué dirán, hay que seguir tu camino, en lo que en realidad crees y lo que quieres hacer. Pienso además que lo más interesante en esta vida es fusionar comidas, colores, gustos, raíces, culturas y música porque el resultado será mucho más enriquecedor.
Ph.: Tu imagen recuerda a Mad-Max. ¿Te identificas con esa película o títulos postapocalípticos?
J. M.:
Para nada, jajaja. Nunca me he fijado y he pensado en parecerme a tal o cual, tengo demasiada personalidad.

Ph.: Has tomado parte de varios jurados en programas musicales televisivos. ¿Qué opinión te merece este formato?
J. M.:
Es un formato de TV y la tele es entretenimiento, así que me encanta trabajar para entretener a la gente, hay que tener en cuenta eso desde el primer momento. Así que cuando aceptas ser jurado tienes que cambiar el chip totalmente.


 



Judith no para de innovar con su forma característica de relacionarse con un instrumento clásico.

Ph.: La proyección internacional de Judith Mateo comenzó en Irlanda, donde pasaste tres años nutriéndote de su música tradicional. ¿Eres más reconocida fuera de España que dentro?
J. M.:
¡No tengo ni idea! Yo lo que quiero es seguir trabajando de mi profesión y seguir disfrutando, lo de los reconocimientos, de verdad que me dan un poco igual.


Judith Mateo en directo

 



Judith Mateo en la sala Galileo Galileo, 2014.
Ph.: ¿Qué recuerdos guardas de la Orquesta de la Universidad de Waterford?
J. M.:
Muchos, vivir en Irlanda, pasármelo tan bien, descubrir la vida y las pintas de cerveza y su música. Gratos recuerdos de Dublín y de Waterford, ganas de volver pronto.

Ph.: El camino hasta llegar al momento actual no ha sido fácil. ¿Qué has tenido que abandonar en el trayecto que te ha conducido al presente?
J. M.:
Supongo que cómo cualquier músico profesional he abandonado horas de diversión, de ver pelis, leer libros, viajes o salir de juerga por estar estudiando violín muchas horas; pero ha sido una elección mía así que en realidad no he abandonado nada porque el violín me ha enriquecido totalmente.

Ph.: El 4 de mayo de 2015, afirmaste: «Fuera del circuito comercial, la música en España está maltratada». Casi seis años después de esta frase, ¿piensas que tiene la misma vigencia?
J. M.:
Sigo pensando lo mismo, en nuestro país la cultura está maltratada desde la base; siempre lo digo que en los colegios deberían de tener clase de violín o de bajo o de batería y poder tocar mil estilos diferentes para que los niños disfruten de la música y así inculcarles una cultura musical; en Spain la música no es cultura, es entretenimiento y esto hay que cambiarlo de las mentes de los políticos y de los oyentes. Primero es cultura pero que además entretiene, es nuestra cultura musical la que dejaremos a los que vengan en un futuro. Muchas veces parece que si no suenas en la radios no existes y sí que hay una diversidad musical súper interesante en lo no comercial. Seguiremos en ello.


Ph.: Te has estrenado como escritora con 101 canciones con las que te ligarías a cualquiera. ¿Notas diferencia entre crear una canción o un libro?
J. M.:
Muchísimas, desde el lenguaje hasta la forma de plasmarlo. Ha sido una súper experiencia en la que he aprendido un montón, lo he disfrutado mucho y ha sido editado en Argentina, Colombia, Chile y Uruguay y estuve presentándolo en todos esos países; ha sido un regalazo de la vida.

Ph.: Es habitual verte colaborando con el diseñador de ropa gallego Jose Matteos (Desfile New Rock 2013) o en Mercedes Benz Fashion Week 2013, 2014 y 2016. ¿Hay interacción entre moda y música?
J. M.:
En toda la creación hay interacción, en realidad todas las artes están unidas aunque se queden plasmadas en diferentes lienzos; ha sido súper interesante conocer a J. Matteos y descubrir cómo se prepara un desfile, ver la ropa cómo está creada, el por qué y el significado de un desfile determinado y tocar en ellos y ver que las modelos andan a ritmo de la música marcando los compases.

Ph.: ¿Qué te reporta el trabajo de «brand ambassador»?
J. M.:
Lo primero es que te gusta esa marca y te sientes identificada, sino apaga y vámonos. Yo trabajo con varias marcas las cuales las uso a diario, sean productos para mi instrumento, cómo ropa o zapatos; no me gustaría estar en la piel de trabajar con algo que no me gustase o no lo viese útil.

Ph.: Entre Vanessa Mae, Lindsay Stirling, Taylor Davis, Sue San, Vadim Repin o David Garrett, considerado el violinista más rápido del mundo por interpretar El vuelo del moscardón, de Rimski-Kórsakov, sin error alguno en 66.56 segundos con 13 notas por segundo, ¿con quién te quedas y por qué? ¿Entre los clásicos?
J. M.:
Cada artista ha dejado algo importante en esta vida, cada uno es diferente, así que no me quedaría con uno en concreto si con cosas que han sabido realizar cada uno. De los clásicos compositores me quedo ahora mismo con Vivaldi, ya que estoy haciendo un estudio profundo de él, el año que viene seguro que te digo otro.


El violín es la pasión de Judith Mateo que encuentra en este instrumento un camino para interpretar la música clásica con toques particulares de rock. Parafraseando a Cindy Lauper, es una chica que "sólo quiere divertirse".

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Texto: Photomusik.com - Fotografías: Photomusik.com y Javier Bragado ©
 

 
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