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ECO TAMBORILERO
Película "Bruc, el Desafío".
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Banda sonora |
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El Águila imperial Napoleónica se fue expandiendo por Europa durante el siglo XIX. Verdad y leyenda se mezclan en los hechos inspiradores de "Bruc, el desafío". Su reflejo histórico se ancla en la narración interna de un acontecimiento que hizo tambalear la confianza de las tropas francesas en suelo español.
¡Qué hay de verdad y qué de leyenda en todo...
Las laderas de Montserrat sembradas de cadáveres fruto de dos batallas, no una como ilustra la película. ¿Tambores, fusiles? El general Schwartz buscó refugio en la retirada gracias a la leyenda que Daniel Benmayor dirige en esta cinta. No es cátedra histórica lo representado; mejor, la narración de algo que perdura en el inconsciente colectivo de la historia española reciente. |
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Concluida la batalla, el silencio de Montserrat resulta más trágico que el enfrentamiento a muerte plagiando el estilo Mel Gibson en “Braveheart”. La fotografía cuidada, presente durante toda la película, consigue un efecto de vacuidad y aniquilación efectistas. Mimo en el escenario natural, descripción muda del belicismo arrasado. Las localizaciones naturales mandan durante la película, las imágenes captadas por Juan Miguel Azpiroz se recrean en la flora, lo abrupto y enigmático de estas tierras, concebidas para resguardar lo autóctono y desorientar al foráneo. Neblinas, picachos que se alzan como espadas escalando el cielo. Los estudios de rodaje son antinaturales en ”Bruc, el desafío".
La montaña es un hogar de acogida sin cerradura ni celador. "Bruc, el desafío" muestra a la sierra prelitoral catalana como paraje indómito, testigo observante y mudo. Tibet invadido. |
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La confrontación a campo abierto se ha convertido en degolladero, barranco convergente del orgullo francés. Despierta la curiosidad del público buscando una continuidad en los acontecimientos históricos acaecidos por esos lares; comienza una batalla de acoso herido y defensa personal, prófuga.
Asesinos a sueldo, de incógnito, mercenarios suicidas; defensores de la vida, libertadores, supervivientes. Caminos de venganza y justicia entremezcladas. No es sólo Vicent Perez (Maraval) la sed de sangre; Moussa Maaskri (Attab) se deja ver como arma ejecutora embrutecida, origen de toda guerra: la manipulación y el sometimiento.
Deudas de sangre, dagas y trabucos. Miradas que desvelan el rostro de una venganza lacerada por el odio.
Redobles heroicos de tambor, ¿mitologías populares...? Daniel Benmayor no busca esclarecimientos, escarba en el lado escondido de una leyenda: Bruc (Juan José Ballesta). |
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El argumento va desfigurándose hacia una historia de bandolero echado a la sierra, sucedido del camuflaje. Bruc pasa de personaje propio a convertirse en mezcla de Curro Jiménez y Rambo (“Acorralado”, 1982). Clichés pertenecientes a sendos guerreros del bien; cumbre de la copia durante la ceremonia tribal que todo héroe fugitivo necesita.
La acción empapa mínimos diálogos, la vocalización de Ballesta sale ganado mientras desaparece; recuerdos de “El Bola”; sincros perdidas entre imagen y palabra con Astrid Berges-Frisbey (Gloria).
La ambientación de "Bruc, el desafío" queda ensalzada con un diseño de vestuario cuidado. |
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El Tiempo, camina. La Historia, compuesta por gestas, recuerda; las montañas de Montserrat son el único testigo vivo que conoce la verdadera leyenda de Bruc.
Sanson y Goliath vuelven a enfrentarse.
Apunte histórico:
La Batalla del Bruch consta de dos enfrentamientos. El primer ataque se produjo el 6 de junio de 1808.
El general Schwartz se enfrentó a miembros del Regimiento de Soldados Suizos número 1 de Wimpffen y soldados desertores valones escapados de la guarnición de Barcelona.
La segunda contienda sucedió el 14 de ese mes. Buceando entre los historiadores modernos, se tiene fe de la presencia en el primer enfrentamiento de un tamborilero de Sampedor llamado Isidro Llusá; otro de Igualada, Benito Malvehí junto a un vecino de Piera, de nombre Miguel Rigol, que había sido trompeta de Caballería. Su función: animar a los combatientes anti-franceses. Isidro Llusá fue capturado durante el ataque. Según los diarios de el capitán de Ingenieros francés Lafaille: a raíz de este apresamiento, las campanas de las iglesias de la comarca comenzaron a sonar, siendo esto lo que provocó el repliegue de Schwartz a Barcelona.
“Así, desde el primer día de las hostilidades, los catalanes, todavía sin jefes y casi sin armas, vieron a nuestras tropas huir delante de ellos. La noticia de un éxito tan inesperado, el primero alcanzado por los españoles en esta guerra, se extendió con la rapidez del relámpago y con toda la exageración del orgullo nacional. Ella acabó de inflamar los espíritus, ya demasiado predispuestos a un levantamiento ... La Insurrección estalló por doquier ... Juntas o Comités insurrecionales se formaron en todas las cabezas del corregimiento."
G. Lafaille. “Memoires sur les campagnes de Catalogne de 1808 a 1814”. París, 1826.Citado por Priego López en op. cit., tomo 2, pag. 105. |
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