La propuesta del eslovaco Martin Sulík es un recorrido por dos personas con pocos signos de afinidad. La tranquilidad de Ungár traba amistad con Georg Graubner sin desearlo. Este abandona su vida pacífica de maestro jubilado para dejarse enseñar en un viaje prometedor de aventura humana. Su jocosidad contrasta con la serenidad del primero. No se toma nada en serio, sin quererlo está en el bando de los vencedores, no siente la obligación del remordimiento. Cambia su personalidad conforme descubre lo sucedido, se implanta madurez en su cabeza reconociendo la barbarie que le toca de cerca en un silencio lleno de miradas introspectivas. El visitante que ha irrumpido en su vida cómoda necesita apaciguar la angustia como víctima del
Holocausto. Los actores que los representan son pesos pesados como el director Jirí Menzel, Ali Ungár, recordado por
Trenes rigurosamente vigilados y Peter Simonischek (Georg Graubner), con su papel destacable en
Toni Erdmann.