Cuando las cosas marchan bien en la empresa, todo es coser y cantar pero cuando las finanzas se tuercen, empiezan los quebraderos de cabeza y las suspicacias contra un consejo de administración sospechoso. El germen de la oveja negra se cierne sobre las piezas fieles, hasta ahora, del rompecabezas empresarial. El caos toma las riendas de una meteorología destructiva. El jefe se convierte en detective, ogro iracundo ansioso por imitar a
Robespierre. Como Julio César es apuñalado por su hijo, el ejecutivo César (coincidencia irónica) es el personaje de una tragedia contemporánea, con lameculos incluido, exponente de que el silencio las mata callando.
Sergio Barrejón firma esta comedia a caballo entre la realidad cercana y el esperpento adornado por el lenguaje vulgar y macarra del día a día reinante en el curro. El hedor de los trapicheos internos tuerce la bonanza del directivo poderoso.
Jefe no es original pero refleja con humor los desprecios laborales. Es una patada en el culo del timonel que dirige un ambiente capitalista y esclavo. Mientras el negocio cae en picado, su esposa le da boleto, para lo que utiliza los servicios de un
hombre del frac con dotes teatrales con el que llega a empatizar.