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ROPAS NUEVAS PARA LA REPRESIÓN
Película Papicha, sueños de libertad
J. G.
(Madrid,
España)
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Ficha Técnica |
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Nedjma no es una chica normal, Argelia no es una nación cualquiera y Papicha, sueños de libertad tampoco es una película más. Es tan independiente como su protagonista, tan denunciante de una realidad que acosa a la mujer como resiliente. La protagonista de este drama juvenil que sabe aprovechar la comedia abre un mundo fantástico y trágico. De entrada, sus inquietudes intelectuales y artísticas alcanzan la universidad en un universo masculino que minusvalora lo femenino mientras esta imposición lleva la voz cantante. Su presencia se agradece por el valor de los ideales que no practica la intrusión mientras abandera la autonomía. El escape de la tradición le sumerge en el mundo noctámbulo con candidez adolescente y ganas por saborear la vida.
El mobiliario religioso integrista argelino oscurece sus ropajes de policía civil con el haïk. Este velo negro de cuerpo entero difunde el luto moral por las calles de Argel con terror instaurado como policía sexista.
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La narrativa es informal introduciéndose en la noche magrebí a través de ritmos occidentales, luces discotequeras y ganas por vivirla. La cotidianeidad insostenible se deja llevar con ilusión. Papicha, sueños de libertad es una lucha de resistencia y esperanza que planta cara a la tradición a través de la moda y el emprendimiento innovador. Nedjma 'Papicha', que en argelino significa chica bonita, no acepta sometimientos. Tiene la sabia de la juventud que no encuentra barreras cuando el tesón está en medio; desprende humor. Lo femíneo es despojado de su identidad mientras una tríada de muchachas dirigidas por Nedjma (Wassila, Kahina y Samira) lucha por mantenerla a flote. Este movimiento se produce en la oscuridad orientado por una necesidad emancipadora contra el totalitarismo islamista que enclaustra.
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1997 no es un año que se recuerde con amabilidad en Argelia. La guerra civil instauró un toque de queda permanente instaurado convertido en normalidad. Aunque la época represora esté en el recuerdo, las secuelas de aquellos nubarrones siguen presentes con el integrismo. Nedjma ataca, con sutileza, el perjuicio causado por las creencias, convertidas en sentimiento fiscalizado. Es joven, tiene metas y no conoce límites. Se ha propuesto el objetivo de superar cánones controlados por el dogma aferrándose a sus raíces aunque un novio poco comprensivo mantenga una deserción inexistente. Tampoco falta la advertencia de las amigas que mantienen el miedo presente mientras ella desafía a un régimen radical al crear una pasarela de moda. Sin pretender emular a la línea de moda que Victoria Beckham ha desarrollado, es provocativa, amante de lo sencillo para denunciar la complejidad del fanatismo devoto; no peca de inocente sino que busca , y ama, la independencia.
La cámara persigue las risas y sus momentos de pérdida o desengaño de los protagonistas. Sigue al personaje en los sueños y las frustraciones. Las imágenes no esconden violencia ni su lucha contra ella. El primer largometraje de Mounia Meddour recoge lo estresante de una época nefasta que la juventud desafía con otra forma de oposición pacífica. La directora moscovita muestra su agilidad en la pelea por ser una misma con desenvoltura liberal. |
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El hombre representa los códigos de posesión masculina sobre la mujer construidos entre pilares talibanes. Papicha, sueños de libertad es potente con delicadeza donde la ilusión es un juego que hace del desafío a lo establecido un poema a la belleza revolucionaria. Nedjma, tan suave como dura, es energía luchadora por un sueño sin dormirse en la complacencia del guion sensiblero. Lyna Khoudri, cuerpo de Nedjma, es natural y emocional: una actriz revelación. |
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Texto: www.photomusik.com
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