La reposición penosa de un clásico espectral surge de la nada con intenciones fantasmagóricas y resultados penosos. La reaparición del fenómeno
cazafantasmas no da el apoyos suficiente a una película que, lejos de querer rejuvenecer ha envejecido mal, se niega a desaparecer igual que sus monstruos fantasmales. La franquicia quiere resurgir con caras nuevas y una estructura patosa conocida sin que el fondo se vea modificado con éxito. Se repite el esquema de una película aburrida que alguien encontrará encantadora. El embrollo satisface a los menos exquisitos mientras contenta a un público encantado con las historias de sagas. La historieta nueva ha encontrado en el público más joven el cebo al que tentar con este viaje temporal repetitivo. Un cebo indigesto, falto de imaginación donde las caras nuevas hacen una función meramente presencial. La madre con problemas familiares tampoco imprime aires de empoderamiento social. El producto tiene cuerpo de turrón navideño preparado par ser exhibido en cines comerciales como producto cargado de edulcorantes y aditivos poco naturales.
La pantalla se llena de efectos especiales que alimentan una historia insulsa.
Cazafantasmas: Más allá no avanza porque los guionistas no se lo han propuesto, juegan a volver al pasado recordando a las viejas glorias que hicieron de los Cazafantasmas un clásico de la ciencia ficción cómica en los años 80 del siglo pasado. Es aburrida, adormecedora y desvergonzadamente nostálgica para lucimiento canoso de artistas que no necesitan ser presentados. Los nuevos figuran pero no destacan, se apagan entre rayos ultraluminosos y atrapa bichos.
Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson, Annie Potts y
Sigourney Weaver aparecen como abuelos que intentan organizar un ovillo embarullado. No consiguen tejer una prenda con motivos de humor consecuente y relajado. El guion de la película de 1984, madre de esta malformación genética y escrito por Dan Aykroyd y Harold Ramis, se hecha en falta. Parece mentira que el director sea Jason Reitman, ya no considerado por ser el hijo de Ivan Reitman ni por participar en
Cazafantasmas II (1989) sino por haber dirigido obras dignas como
Juno,
Up in the Air,
Young Adult,
El candidato o
Tully.