Diana Deutscher, catedrática de Psicología de la Universidad de California explica a Eduardo Punset, dentro del programa televisivo "Redes",
la diferente percepción musical y su relación con los sonidos a los que se ha estado expuesto en la niñez. El estudio realizado por Deutscher se denomina la paradoja de Tritón.
Eduardo Punset: Hace más de 2.000 años el filósofo griego Pitágoras estaba caminando por la calle y escuchó un sonido que salía del taller de un herrero y le encantó ese sonido ¿Sabemos lo que hace que un sonido sea bueno?.
Diana Deutscher: Bueno, Pitágoras llegó a la conclusión de que los
sonidos que sonaban bien eran aquellos cuyos componentes estaban relacionados
con longitudes de cuerda que tenían una proporción numérica
muy simple, como 2 por 1.
Y desde entonces la gente se pregunta por qué
nos gustan los llamados sonidos consonantes más que los sonidos
disonantes, donde las proporciones son más complejas.
E P: Diana, en uno de tus ensayos leí que existen ilusiones acústicas,
de la misma forma que existen ilusiones ópticas. Y vamos a hablar
de esta otra paradoja: la paradoja de Tritón. Está relacionada
no con el espacio, sino con el lenguaje de la música y sobre la
forma en que la percibimos. Tú sugieres que no todo el mundo tiene
la misma percepción musical.
D D: Exactamente, y creo que puedo demostrar esto tocando varios ejemplos de la paradoja de Tritón y preguntado a la gente si suben o bajan unos modelos muy simples. De hecho, déjame que toque el primero y le preguntamos a los espectadores.
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El sonido, además de ser una sensación acústica, se puede convertir en elemento visual. |
E P: Para mi claramente baja.
D D: Para mí claramente sube.
E P: Ya veo, y no puedes estar equivocada ya que eres la mayor experta mundial sobre la física de la música, por tanto tengo que ser yo el que se equivoca.
D D: Bueno, la mayoría de californianos oyen este modelo como tú.
Sin embargo, yo soy del sur de Inglaterra y la mayoría de gente
de allí está de acuerdo conmigo. Vamos a ver el siguiente
ejemplo:
Este es diferente ¿Sube o baja? Para mí definitivamente
baja.
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La música forma parte del ser humano desde que empieza la gestación.
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E P: Sube.
D D: Parece que estamos oyendo lo contrario.
E P: ¿Por qué pasa eso?.
D D: Parece demostrar que la manera en que se oye este modelo en particular
está relacionada con los sonidos del habla a los que has estado
expuesto sobre todo en la niñez. De manera que las personas que
crecen en diferentes áreas geográficas oyen un modelo, pero
unos son muy distintos de los otros. Por ejemplo, las personas del sur
de Inglaterra no están de acuerdo con la gente de California. Desde
que demostré esto, Magdalene Chalikia ha llevado a cabo una comparación
entre personas de Grecia y de Texas con resultados completamente opuestos.
También estudió a personas de Minnesota y de Suecia; y otros
estudios han demostrado otras relaciones geográficas diferentes.
Otro estudio interesante es hacer que alguien hable por un micrófono
durante 5 minutos y grabar la locución. Entonces se toman muestras
de los distintos tonos de la voz, muchos ejemplos, y se analizan los valores
en los que hay mayor incidencia de tonos; y parece ser que esta gama de
tonos está relacionada estadísticamente con la manera en
que se percibe la paradoja de Tritón, de una forma muy pronunciada.
De manera que, por ejemplo, cuando alguien ha emitido un juicio de valor
sobre la paradoja de Tritón, yo puedo apostar sobre cuál
será su gama de tonos, y de la misma manera si escucho una locución
puedo decir como responderán a la paradoja de Tritón.
E P: Diana, si oigo bien, no todo el mundo tiene una percepción musical
idéntica cuando las notas tienen un espaciado diferente.
D D: Eso es. Esta ilusión funciona cuando se presenta un canal a la
derecha del oyente y el otro a la izquierda. En ese punto el oyente no
oye los dos canales que se están tocando sino que reorganiza perceptualmente
los sonidos, de manera que todos los sonidos agudos parece que vengan
de un altavoz y los sonidos graves del otro. Lo que es muy extraño
es que los diestros tienden a oír los sonidos agudos desde el altavoz
de la derecha y los graves des del de la izquierda, sin importar la posición
en que se encuentren respecto a los altavoces. Y esto pasa porque los
diestros tienden a oír los tonos agudos en la derecha y los graves
en la izquierda, sin tener en consideración de dónde provienen.
Pero los zurdos, como grupo, no los escuchan de esa forma. Los zurdos
son diferentes unos de otros y estadísticamente varían de
los diestros en cómo perciben este modelo. hoy en día.
E P: Perdona, pero ¿por qué sucede esto? ¿es porque en
el cerebro las neuronas que se encargan de escuchar la música son
diferentes a las neuronas que localizan de dónde proviene la música?.
D D: Este es, desde luego, parte del problema, pero también refleja
el hecho de que los zurdos y los diestros tienen formas diferentes de
organización cerebral. La gran mayoría de los diestros suelen
tener el habla representada en la parte izquierda del cerebro, mientras
que esto no sucede con los zurdos. Los zurdos, como grupo, varían
bastante entre sí y, por tanto, encontramos que existen diferencias
en la percepción de la música, al menos donde actúa
el espacio, y que se correlaciona estadísticamente con la dexteridad.
"Lo que hace que nos guste la música tiene que estar relacionado con la forma en la que la percibimos". (Diana Deutscher).
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E P: ¿Y cómo lo hacen en las orquestas? Quiero decir ¿tienen
que vigilar la colocación de los músicos en la orquesta?.
D D: Esto es muy interesante, ya que no sólo la gente que es diestra
tiende a oír los tonos agudos en la derecha y los graves a la izquierda;
además, si tienes una configuración espacial donde los sonidos
agudos están a la derecha y los graves a la izquierda, pueden escuchar
esos modelos más claramente que cuando los graves están
a la derecha y los agudos a la izquierda. Así que la situación
de los músicos es interesante. Desde el punto de vista de los mismos
músicos, los instrumentos que tienen un registro más agudo
se sitúan a la derecha y los más graves a la izquierda.
Por ejemplo, en la sección de violines: los primeros violines están
a la derecha de los segundos que están a la derecha de los terceros,
que están a la derecha; y los violoncelos a la derecha de los contrabajos.
En los instrumentos de viento la trompeta está a la derecha del
trombón que está a la derecha de la tuba, etc. Y podemos
especular y decir que esta colocación es así basándose
en pruebas, ya que conduce a la mejor interpretación, pues, al
fin y al cabo, los que tocan deben poder oírse entre ellos lo mejor
posible para poder interpretar de la mejor manera posible.
E P: ¿Lo que es bueno para los músicos es bueno para los espectadores?.
D D: Esa es precisamente la clave. Desde el punto de vista de los espectadores,
la colocación de izquierda a derecha es la colocación inversa,
como si mirásemos a un espejo. Lo que significa que, desde el punto
de vista de los espectadores, los instrumentos que tienen los registros
más agudos están colocados a la izquierda y los instrumentos
que emiten tonos graves están a la derecha. De manera que esta
colocación es tal que, en realidad, es la peor disposición
para la percepción de los espectadores. No está muy claro
cómo podemos mejorar esto ya que, por ejemplo, no podemos situar
los puestos de la orquesta del revés, porque si lo hiciéramos
los músicos no se oirían entre ellos igual de bien.
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La unión entre músico y espectador es fundamental para que una pieza musical resulte atractiva.
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E P: Uno de tus colegas sugirió dejar a la orquesta como está
y colgar del techo al revés a los espectadores.
D D: Desgraciadamente esta forma no sería aceptada fácilmente
por los espectadores. También hay quien ha dicho que en vez de
eso colguemos del techo a la orquesta. Yo creo que esto tampoco funcionaría
muy bien. Otros sugieren que se podría tener sólo espectadores
zurdos, ya que a los zurdos no les molesta este tipo de problema. Pero
hasta hora nadie ha encontrado la solución; es una paradoja.
"Desde el punto de vista de los mismos músicos, lo instrumentos que tienen un resgistro más agudo se sitúan a la derecha y los más graves a la izquierda". (Diana Deutsche).
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E P: Algún neurocientífico ha dicho que el mismo grupo de neuronas
que se encarga de los alimentos y del sexo también se encarga de
la música, y por eso al final nos gusta la música si es
buena.
D D: Esta pregunta es muy interesante. Lo que hace que nos guste la música
tiene que estar relacionado con la forma en que la percibimos ya que,
evidentemente, si dos personas perciben algo de forma completamente diferente
no sería sorprendente que tuvieran preferencias estéticas
diferentes sobre lo que en realidad están escuchando. Más
allá de esto debe de haber algún componente de gusto por
la música que está relacionado con la noción, y no
con estos efectos de percepciones, como, por ejemplo, ciertos modelos
de ritmo que puede que te lleguen de una forma muy básica.
E P: Casi genética.
D D: Es posible. Creo que la mayoría está relacionado con la
música que se escuchó en la niñez, de la misma manera
que tenemos el llamado periodo crítico para el desarrollo de ciertas
características del habla: en el primer y segundo año de
la vida, e incluso en el tercero, etc. La música a la que se ha
estado expuesto en los primeros años de la vida puede tener una
profunda influencia en cómo se percibe ésta luego, incluso
como adulto.
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Todos estamos de acuerdo en que la música es un lenguaje universal. |
E P: Diana, lo que sugieres es que la música es casi como una capacidad
genética, como la que nos lleva a comer o a hacer el amor. Así
que si los niños estuvieran expuestos a buena música desde
una edad muy temprana, lo más probable es que les gustase la música.
Y si nos encontramos a alguien que no puede percibir la música,
probablemente tiene algo que ver con su primera educación o con
los genes ¿es esto más o menos cierto?.
D D: Yo estaría de acuerdo, pero no descarto que haya algo más.
Probablemente estos dos factores son extremadamente importantes en cómo
una persona oye y responde a la música, o si le gustará
más tarde en la vida. Yo diría que tanto los genes como
la primera educación son los responsables de casi todo lo que sucede.
E P: Después de estudiar tanta física y psicología de
la música ¿Cuál crees que son las diferencias entre
la música occidental, que es tan métrica y racional, y el
resto de la música, donde la melodía y la improvisación
tienen un papel más predominante? ¿Por qué hay tanta
diferencia?.
D D: Una vez más me gustaría apostar por la exposición
a una temprana edad no sólo a la música sino también
a los modelos de habla que se escuchan. De manera que si el habla tiene
unas características especiales, vamos a entonar con esas características
cuando escuchemos música. Esta idea, en realidad, es muy vieja.
Si la música se tiene que apreciar debería tener las características
del habla de las que la persona está más familiarizada.
Existe una conexión muy importante entre el flujo melódico
del habla que se percibe y el tipo de música que realmente nos
gusta.
En plató han participado Andrés Lewin-Richter, Director de la Fundación Phonos de la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona), y Marta Cureses, Musicóloga de la Universidad de Oviedo.
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