Chiquitita
dime por qué
tu dolor hoy te encadena.
En tus ojos hay
una
sombra de gran pena.
No quisiera verte así,
aunque quieras
disimularlo.
Si
es que tan triste estás,
¿para que quieres callarlo?
Chiquitita,
dímelo tú,
en mi hombro, aquí llorando.
Cuenta
conmigo ya,
para así seguir andando.
Tan
segura te conocí,
y ahora tu ala quebrada.
Déjamela
arreglar,
yo la quiero ver curada.
Chiquitita,
sabes muy bien
que las penas vienen y van y desaparecen,
otra vez vas
a bailar y serás feliz,
como flores que florecen.
Chiquitita,
no hay que llorar,
las estrellas brillan por ti allá en lo alto.
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