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CARABANCHEL MIRA EN 35 MM
XXXI Semana de Cine Español de Carabanchel
XXII Certamen de Cortometrajes.
J. G.
(Madrid,
España)
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El trazo de Goya se fijó en Carabanchel como representación artística del costumbrismo gato. Carabanchel es tierra de acogida, abierta al inmigrante desde antaño y al desarrollo por vocación. El cine que se veía cercano a la antigua cárcel fantasma del Distrito ha albergado lo representativo de un espíritu combativo y presidiario; generador de hambre cultural. En el Campo de la Mina, el viejo profesor Tierno Galván clamaba por una amnistía que no perdiera el tren de la libertad. Cuna de actores y roqueros, Carabanchel sostiene al cortometraje en un certamen que lleva en marcha más de veinte ediciones; el hermano pequeño de un ciclo dedicado al cine español que ha superado la treintena. |
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Es injusto denominar antesala de los Goya a la XXXI Semana de Cine Español de Carabanchel: ni por asomo. Publicidad barata y facilona para un certamen montado en la farándula de sus luchas intestinas y el conocido affair entre Álex de la Iglesia e Icíar Bollaín. |
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Lo comercial ahoga la expansión de un cine con altura: el español, de donde emergen grandes ideas. Los cortos exhibidos en los cines Yelmo Islazul sintieron la proximidad del público, reacio a este género por la escasa difusión que tiene en salas.
Somos presa de una ceguera colectiva hacia títulos extranjeros impuestos por las distribuidoras, los cines que buscan rentabilidad para subsistir y desamparos institucionales.
En Carabanchel,
treinta y un años después de su creación, los cineastas españoles alimentan el carácter universal de su producción. Cuentan historias con protagonistas y sin dueños: puedes verte reflejado en ellas. Público y voces cinematográficas se miran, se ven y se hablan de tú a tú; la amenidad reina dentro del coloquio espontáneo.
El largo mezcló veteranía y nuevas caras de realizadores cuya vocación espera superar el cliché de figuras emergentes.
Emilio Aragón abrió la XXXI Semana del Cine Español de Carabanchel con su primera producción. "Pájaros de papel" dibuja una estela de humo limpio, agradable al recuerdo. Homenaje al teatro, hay trazos de miedo, oportunismo (Carmen Machi) y valentía (Imanol Arias). En la Academia del Cine declaró sus intenciones con esta primera aventura fílmica: "vengo para quedarme".
La suavidad de su tejido visual y el dolor interno acarreado dieron paso a una realidad más cercana en el tiempo, menos colorista. "Planes para mañana" es una ópera prima bien jugada, con aire madurado.
La bohemia personal de Luis Tosar, el tapeo y las citas planadas son el menú casero de "18 comidas". La ternura se llamó "Siempre hay tiempo"; la juventud, "Bon appetit"; la intrascendencia, "Todas las canciones hablan de ti". El cine español goza de buena salud, arañando el olvido inmerecido que sufre en las programaciones de sus salas. |
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Estas películas, paseantes del circuito comercial, fueron el gancho para el plato fuerte de la semana: el corto. El análisis del ser humano dentro de nuestras pasiones y miedos estuvo presente en “Alegoría”. Durante diez minutos, el romanticismo choca con la crudeza de la inmigración bajo el mundo de “Hemisferio”. La inquietud sobre la desigualdad social, partos y abortos, los últimos días o la confianza han sido temas plasmados en imágenes de argumento sólido y duración liviana. Ausencias reprochadas en "Estar aquí", viajes que se alimentan del recuerdo con "Amar” y de búsquedas inconclusas en "La Playa de Berlin-Canon Beach".
El cortometraje es condensación, análisis; busca reacciones en su público.
Reacciones ante la violencia de género reflejada por el engaño, la prepotencia, el silencio, la complicidad familiar, el tiempo detenido. La frialdad de una fotografía de rostros impactantes y gestos terroríficos; el agua a punto de desbordarse, el vacío como silencio de la denuncia varada en una playa de ballenas suicidas: la elegancia elaborada por la dirección de César y José Esteban Alenda en "El orden de las cosas".
El corto documental, bajo el aroma de "Hombre hachís", convierte a los cineastas en protagonistas de su historia. La animación sale de su cueva mágica con "Les bessones del carrer de Ponent". El presente y futuro de los nuevos talentos nacionales del cortometraje trabajan en la sombra del éxito, nunca escondidos. |
Al decir Carabanchel, quedan vivos en el recuerdo el Cine Sanz y el Imperio, éste de sesión doble; la tardes de pipas, los adoradores de Bruce Lee; el paso de Amenábar por las pantallas del Cine España (sede original de esta semana) y mucho, mucho más. La desaparición de ellos no implica soterrarles en el olvido. Su espejismo recuerda a la denuncia que Costa-Gavras desplegó en "Missing". Siempre es interesante y educativo echar la vista atrás; la Semana de Cine Español de Carabanchel se encarga de hacerlo también hacia adelante. |
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