La conciencia ecológica está de moda, el amor hacia la Naturaleza es intemporal. "¿Para qué sirve un oso?" se encuentra en sintonía con el medio ambiente. El hombre es una especie cada vez más populosa sobre la Tierra. Quien busca la protección de su entorno medioambiental le convierte en un espécimen en peligro de extinción: un aventurero. Tom Fernández dirige una película sin grandes planteamientos, de búsquedas, de personajes individualistas forzados a una convivencia que abrirá sus corazones. Una experiencia entre hermanos que habla, siempre con humor, de madurar a través del conocimiento mutuo. El tesón de una mente selvática, algo primigenia, choca con la fidelidad hacia el método científico albergado en otra; desconocidas hasta ahora. La persecución de un fin puede convertirse en paranoia sentimental y en desconcierto del raciocinio matemático. Ambos aspectos se reflejan en la cinta del director asturiano con el entusiasmo que rodea esa búsqueda como punto en común.
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¿Qué es más importante: rastrear o encontrar? "¿Para qué sirve un oso?" expande en clave humorística la necesidad de poblar nuestras vidas con inquietudes. Se busca la risa en temas que sólo admiten caras serias; lo científico no siempre ha de profundizar en el error humano creando miedo. Javier Cámara y Gonzalo de Castro forman un ente compenetrado dentro de sus divergencias. Su comicidad es teatral, dibuja seres científicamente antagónicos e igual de contrariados ante lo que están viviendo. "¿Para qué sirve un oso?" adquiere forma de cuento que esconde otros cuentos. Su explícito mensaje de conciencia ecológica tiene la chispa de no caer en lo panfletario ni adoctrinador.
El gran aliciente de esta película se encuentra en sus localizaciones, elogiable por el efecto conseguido. Sencillo e inteligente, Tom Fernández se basa en la belleza el paisaje asturiano para colorear su fábula. Éste interactúa como un personaje más; su combinación de matices, nieblas y colores agrada a los sentidos del espectador. El hombre es el animal esperpéntico que proporciona una carcajada a esta placidez paisajística. La caracterización hecha por Gonzalo de Castro es un cruce entre Rambo y Robinson Crusoe. "¿Para qué sirve un oso?" es un paseo por el mundo del reciclaje como arma seductora. La infancia es otro tipo de fauna que puebla este bosque diseñado para educar. La paz asturana se rompe con el tópico sentimental de una niña chantajista. Sus apariciones se llenan de impertinencia chirriante.
Geraldine Chaplin es el toque de cariño y colleja matriarcales. Es ella quien empuja el comienzo de esta relación entre hermanos desconocidos, llegándose a convertir en un encuentro de osos amorosos. |