|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
SUTILEZA LÉSBICA
Película "Carol"
J. G.
(Madrid,
España)
|
|
|
|
Ficha Técnica |
Video |
Banda sonora |
|
|
|
La sugerencia es el plato fuerte de “Carol”. Su mundo rompe las normas desde las primeras palabras articuladas hasta el silencio final que busca el cierre de un círculo tambaleante. El deseo de honestidad, y libertad, que defienden Carol y Therese queda huérfano de energía sobre un camino adornado por las flores de una pasión intermedia. El preciosismo de un fotografía muy cuidada lo convierten en una aventura inconclusa mientras el director de la experimental “I'm not there” dibuja un entorno romántico lleno de sutileza. La soledad y el vacío campan a sus anchas en dos mundos diferentes: por un lado, el lujo de una mujer sin carencias materiales exhibiendo la necesidad de amar y ser amada; por otro, está la juventud temblorosa de Therese que no vacila en entregarse a la pasión de un deseo descondido. Todd Haynes enmarca el melodrama en un ambiente de belleza física y cuidado encuadre fotográfico. El frío de la rutina se siente en “Carol” como una punzada que arrastra a la víctima hacia el abismo de la compañía juvenil dentro de una lucha a contracorriente. |
|
 |
|
|
La indiferencia que proporcionan los grandes almacenes se rellena con un emotivo cuadro navideño, marco del encuentro entre dos mujeres que irán desvelando sus carencias poco a poco. El acercamiento fortuito genera un compra venta de sentimientos a través de las miradas, las palabras, guantes olvidados, la eficiente empleada que siempre busca la satisfacción del cliente. ¿Olvidados deliberadamente por Carol o ejemplo de lo que es su vida: un auténtico despiste vacuo?
De cualquier forma, supone la chispa de un fuego que busca el incendio sin pensar en los efectos de su llama. Es un encuentro tan fugaz como intenso en el que ambas se compran mutuamente: una desde el piropo de su mirada (Carol) y la otra ofreciendo su timidez coqueta (Therese). Un intercambio de sueños, de necesidad, de rubor, de recuerdos, de amabilidad, de recuperar el tiempo perdido, de experiencias nuevas, de un amor desconocido, de otro que no quiere permanecer oculto. Su burguesa feminidad de mujer sofisticada no escapa a la necesidad de cariño; escondiendo el deseo ardiente por olvidar el fingimiento. |
 |
|
|
El choque entre ambas despierta la intensidad del roce romántico, desconcertante, acentuado con silencios y miradas cómplices que propician la aparición de su suavidad, la necesidad de respirar juntas alejadas del mundo. El romanticismo lésbico despertado entre ambas es bonito, menos explosivo que en "La vida de Adéle", más maduro. El amor descubierto en “Carol” es metódico, prescinde de la atracción dramática y el valor de lo duradero. Es es amante del presente. En esa tranquilidad lineal, Carol y Therese se mofan de la moral americana suavemente.
¿De qué huye Carol?, ¿a que se enfrenta? Las respuestas vana apareciendo de manera muy sutil, sin molestar a nadie y enamorando a muchos. “Carol” es pasión y dolor; personaje y sentimiento. El personaje que interpreta Cate Blanchett necesita a una mujer que huela el romanticismo de su perfume femenino. |
 |
|
|
La necesidad del divorcio esconde el miedo a la pérdida de una hija, el otro amor de su vida; la mantiene esclavizada a los convencionalismos y no le deja romper con todo lo vulgar de su sociedad.
Es una mujer perversamente romántica, un personaje inesperado que languidece de aburrimiento y soledad; mimada por la cámara que no deja de perseguir su mejor plano en una postura amorosamente incorrecta.
Representando la novela de Patricia Highsmith, Carol y Therese son dos mujeres que, a su manera, viven aisladas del mundo. Ambas se sumergen en el lago de los sentimientos, dando la espalda a la sociedad entre olas que arrullan con un suave vaivén. Carol y Therese son Thelma y Louise viviendo la trasgresión de un intimidad romántica. |
|
|
La
revista Photomusik no se hace responsable
de las opiniones de sus colaboradores
expuestas en esta sección.
Texto: www.photomusik.com
©
|
|
|
|
|
|
| | |