La calentura que ha provocado
50 sombras de Grey en Diane (Diane Keaton), Vivian (Jane Fonda), Sharon (Candice Bergen) y Carol (Mary Steenburgen) trasforma su club de lectura mensual en el confesonario de intimidades propias de cama. Se han enganchado a una adicción que devoran entre fantasías de
cinemascope como quinceañeras excitadas. Todas han sucumbido al poder de la palabra tórrida excepto la abogada Sharon (Candice Bergen) que, en plena lidia con un divorcio, no se deja llevar por una impulsividad primaria. El libro escogido viene al pelo para este intento revitalizador de sus vidas amorosas. La aparición de galanes maduros despierta el fuego en su sensualidad femenina adormilada. Algunos como Don Johnson se han reciclado en chico bueno muy lejos de sus andanzas por la
corrupción de Miami; otros, como Andy Garcia, juegan al conquistador solitario.
La comedia de Holderman se tuesta bajo y rayos de aburrimiento deshidratado y lunas románticas de cartón con chistes propios de las tonterías amorosas. Las historias de estas mujeres se diluyen en un mar de enredos con olor adolescente.