EL PASAJERO FANTASMA


Mientras unos teléfonos móviles llenaban sus pantallas de noticias recién horneadas, casi crudas, otros no fueron atendidos. Quienes no grabaron un mensaje de despedida, se preguntaban sobre lo sucedido. Una jornada atascada por mensajes SMS se transformó en el trasiego de conspiraciones, el nacimiento de la noticia falsa, la confirmación de muertess no pronosticadas convertidas en plural.
A Luis no le dio tiempo a terminar el café caliente que tomó deprisa en su piso compartido. Ana no llegó a la cita con sus amigas para coger el bus que, cada mañana, las reunía. Los apagones del vagón abarrotado se mezclaron con un ruido que rompió oídos y corazones. El humo se apoderó de la tragedia. Veinte años después, sigue humeando.

Las miradas se cruzan en Atocha y El Pozo del Tío Raimundo, pegadas al andén, sentadas en un banco metálico. Paseos en la estación; <<ˇel tren se retrasa!>>, dice alguien. Unos relojes invisbles hacen honor a una puntualidad que no se olvidará. Luis subió para no bajar. Ana bajó ayudada, sin piernas ni cabeza. El trauma se apoderó de Ismael, trabajador colombiano que vino a España en busca de prosperidad. Las flores de la calle Téllez recuerdan la alegría de su hija. En Atocha y Entrevías el grito de ¡basta! no se borra con el tiempo. Los comentarios del partido entre el Real Madrid y el Chelsea me alegraron el cuerpo aunque no entienda de fútbol. Al fondo del andén vigila el cartel de la película Por tus muertos, al que, tras lanzarle una sonrisa, le respondo por los nuestros.

La revista Photomusik no se hace responsable de las opiniones de sus entrevistados.
Texto: www.photomusik.com©

 
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