|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
LA VERSIÓN CUTRE DE UN ENGAÑO FAMILIAR
Película Un lío de millones
J. G.
(Madrid,
España)
|
|
|
|
Ficha Técnica |
Video |
|
|
|
|
Si una película no alcanza la categoría de potable en su versión virginal se puede entender atribuir a las preferencias del espectador. Cuando la ordinariez se asienta sobre un largometraje plagiado con acento nacional, eso que algunos llaman remake, nada sirve de excusa para salvar dicha bazofia. Claro que los actores tiene que comer pero me pregunto si a costa de la decepción que rechaza el cine de masas. Esto no acusa de borrego al conjunto, ¡cuidado!, pero es más fácil liar al montón que al individuo aunque siempre habrá alguna carcajada que de sentido titiritero a la zafiedad. Afortunadamente, Un lío de millones se olvidará con facilidad, pasará como una sombra con traje navideño estrenado para la ocasión. Es una pieza deforme que busca su espacio en las carteleras como postre o aperitivo de cena navideña, donde el compromiso pesa más que el placer.
|
|
 |
|
|
En momentos de recogimiento y reconciliación, también marcados por el recuerdo que no siempre es un propósito de enmienda sobre los errores del año, se hace de la mentira mal contada el elemento de unidad hogareña a través de algo tan materialista como es el dinero, la lotería. La voracidad del interés pragmático se deja con el culo al aire, hablando pronto, rápido y sin tapujos. El surgimiento de un falso amor choca con el escarmiento de quienes fingen ser lo que están representando. Otra payasada que, con gotas de humor, pretende dar una lección de cinismo que no sale gratis. Todo sea por recuperar el calor de la manada que se ha parido y criado con dedicación. La juerga se basa en el derroche generoso de la tarjeta de crédito reproduciendo diálogos tomados de Pretty Woman con sabor pueblerino. La tienda de chinos sirve de boutique popular mientras Antonio Resines se ríe de todo como un hortera convencido: personaje que le sienta muy bien. Borda el papel de Richard Gere casposo. Esta broma pesada es torpe hasta hacerse insoportable. Las actuaciones pobres y el lenguaje burdo entierran una adaptación que desacredita su intención de originalidad. |
|
|
La
revista Photomusik no se hace responsable
de las opiniones de sus colaboradores
expuestas en esta sección.
Texto: www.photomusik.com
©
|
|
|
|
|
|
| | |