¿Qué tendría en mente Fátima Miranda al finalizar su formación académica sobre Historia del Arte? Su voz es arquitecta de sonidos polifónicos extensibles desde la poesía hasta la amargura. Fátima Miranda no esconde truco; investiga y trabaja sobre su hallazgo: la grandeza de la voz humana. Es un diamante tallado con la artesanía del tiempo. Exprime el potencial de su expresividad gutural hasta límites desconocidos; de su garganta emanan sonidos que nos conducen por sendas de percepción ultrasensorial. El espíritu humano se reconforta escuchando su arte; el humor es fresco, callejero, portador de una cercanía retratista de apunte sociológico.
La especial visión de la sociedad convierte al espectáculo “deCantar” en grito y carcajada. Su visión de lo cotidiano emociona, su capacidad vocal, estremece. La voz de Fátima es portadora de una genética tántrica que enmudece nuestros corazones e ilumina rostros perfilados por la rutina estresada.
Es transformista, caminante sobre la cuerda floja de la capacidad pulmonar. La musicalidad vocal con la que nos deleita en cada actuación posee una sensibilidad amable, comprometida y rompedora. El aroma de su resonancia se aposenta en un bosque de diálogos que se impostan desde el alma, cuna de esa delicadeza. Técnica y elegancia caminan juntas sin molestarse. La originalidad rítmica canaliza esta pasión por pasillos del arte contemporáneo poco sondeados. En la obra de Fátima Miranda confluyen paquidermos barritando, arbórbolas bereberes, exabruptos y desgarros, el cante jodo o letanías en un decorado de instrumentación fisiológica. Su minimalismo decorativo reproduce fonemas musicales bajo la belleza del bel canto. La expresividad corpórea mira al cielo con la amargura de nuestra realidad histórica. “Desasosiego (ArteSonado)” nos recuerda, bajo la voz rota por el quejido agrario de Fátima Miranda, que la Guerra Civil Española fue sinónimo de brutalidad. Es un canto de recuerdo, muerte y dolor. Lágrimas secas.
La técnica mixta de su oratoria cantarina reposa sobre la solidez del sprechgesang buscando la raíz antropológica de los fonemas. Es una artesana de la polifonía gutural. Humor y drama nos atraen sobre el principio de la comunicación humana, donde la gestualidad era tan importante como la intensidad del sonido emitido. Fátima es ductilidad vocal, ritmo fonológico, desarrollo sintáctico de validez políglota. El “Epitafio a las Ballenas” constituye la banda sonora de la naturaleza marina, cumbre del registro sonoro. La acentuación esdrújula de “Respiros de España Blues” la convierte en cantautora folclórica.
Su trabajo “deCantar” es un juego de voces, modulado por la fuerza vocal; una recitación melódica que no permanece ajena al drama colectivo.
La elasticidad gutural de la artista salmantina convierte a su espectáculo en una representación coral decorada con la elegancia del trabajo humilde, dominador de la técnica y plasticidad sensoriales. Es una visión multiétnica del mundo orientada por una voz impresionante.